Hace 6 o 7 años mi primer curso de vela en la escuela Socaire, (http://www.socaire.com/ ), me hizo descubrir que una Pastinaca te puede llevar a cualquier parte siempre que sople un poco de viento, al año siguiente probamos un Laser Stratos, al siguiente un bonito Wayfarer, el siguiente año decidimos que estábamos preparados para subir a un Hobie Cat, y ése barquito cambió mi visión de la navegación.
Los últimos 3 años he estado regateando en cruceros, la buena fortuna me puso en contacto con uno de los más inteligentes y concienzudos armadores del Mar Menor, dueño de un difícil Quarter Ton diseñado en los 70 . Aquí he tomado el gusto a lo de hacer carreras entre balizas: el corazón en un puño en el cajón de salida, o cuando hay que trasluchar o arriar un asimétrico, disfutar de la magia de un foque bien trimado, intentar adivinar la táctica y estrategia que habrá de seguir el patrón, saborear con placer las victorias, aprender de los errores y de las derrotas...¡Y es ahora cuando más me acuerdo de los buenos momentos pasados en los hc15 y hc16!
Este es el pensamiento que desde hace unos meses me ronda la cabeza:
" Necesito volver a subir a un catamarán, ahora que aún me queda un poco de juventud para completar aquellas sensaciones de vértigo, antes de que el acomodo se apodere de mí...".
Esto fue lo que me enamoró:
Los últimos 3 años he estado regateando en cruceros, la buena fortuna me puso en contacto con uno de los más inteligentes y concienzudos armadores del Mar Menor, dueño de un difícil Quarter Ton diseñado en los 70 . Aquí he tomado el gusto a lo de hacer carreras entre balizas: el corazón en un puño en el cajón de salida, o cuando hay que trasluchar o arriar un asimétrico, disfutar de la magia de un foque bien trimado, intentar adivinar la táctica y estrategia que habrá de seguir el patrón, saborear con placer las victorias, aprender de los errores y de las derrotas...¡Y es ahora cuando más me acuerdo de los buenos momentos pasados en los hc15 y hc16!
Este es el pensamiento que desde hace unos meses me ronda la cabeza:
" Necesito volver a subir a un catamarán, ahora que aún me queda un poco de juventud para completar aquellas sensaciones de vértigo, antes de que el acomodo se apodere de mí...".
Esto fue lo que me enamoró:
Socaire es un gran lugar para aprender a amar la navegación, con un personal cualificado y atentos a cualquier suceso. Lo recomiendo a cualquiera
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